Mamás de corazón boxeadoras por pasión
Hoy quisieramos hacer una pausa a todo este frenesí que desató la denominada “pelea del siglo” entre Floyd Mayweather y Manny Pacquiao para dedicar este jab a todas las mamás pero en especial a aquellas que no sólo se ponen los guantes debajo del ring sino también arriba.
Y es que resulta interesante pensar en una combinación de este tipo, la mujer que camaleónicamente es capaz de mostrarse como una fiera ante su rival, pero que en el fondo es delicada y tierna.
Mujeres que día con día se abren paso en el mundo de los guantes, con dedicación, disciplina y entrega, pero que a su vez, combinan esa parte de su vida profesional con la maternidad.
Claros ejemplos son: Laila Alí, Mariana Juárez, Esmeralda Moreno, laura Serrno, Zulina Muñoz, Sharon Anyos, Yazmín Rivas, Ana María Torres y así podemos seguirnos en una lista interminable.
Mamá/boxeadora, una combinación que a simple vista parece sencilla, pero que en la realidad no lo es. Ajustar las exigencias del ámbito profesional con la maternidad se vuelve más que una pelea a 10 rounds; imaginen, por un lado, tenemos a la mujer que asiste al gimnasio, entrena, se prepara con disciplina y sale a dejar el corazón en el ring, por el otro, la madre amorosa que hace a un lado los guantes y prepara el desayuno; que corre a poner el uniforme sobre la cama y arregla los últimos detalles del peinado antes de salir a la escuela.
Y es que, ser mamá significa ser amiga y confidente, aprender a escuchar y pensar en dos, es ser la luz y la fuerza, el cobijo, la quietud y la ternura, la guía y el apoyo.
Ser mamá es también aprender el arte de la enfermería, volverse chef e innovar platillos que seduzcan el exigente paladar, convertirse en costurera, modista, es servir de niñera, maestra, chofer, etc. es llorar cuando ve a los niños contentos y apretar los dientes y sonreír cuando los ve sufriendo…es ejercer la vocación sin descanso.
Hoy quiero celebrar y rendir un pequeño homenaje a todas esas féminas que con amor y disciplina llevan su campeonato no en la cintura sino en el corazón.
¡Feliz 10 de Mayo a todas nuestras guerreras!
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